Un mes antes de llegar a Perú nos encontrábamos en Mazatlán, México, inmersos en nuestras cenas de chef table. Por entonces fuimos contactados por Wister, un chico limeño que había oído de nosotros y sabia de nuestra inminente llegada a Lima. Así, nos habló sobre su proyecto The Jato Project con el cual se dedican a realizar cenas clandestinas por diferentes localizaciones de la ciudad y nos explicaron que estaban interesados en hacer algo con nosotros. Este fue el comienzo de una bonita amistad con Wister y Ana, The Jato Project. Tras asistir como invitados a una de sus cenas en un precioso departamento de Miraflores afianzamos nuestra relación con ellos y fueron las personas con las que compartimos toda nuestra experiencia en la capital peruana, conversando, saliendo por ahi y cocinando.

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Aunque fueron varias las localizaciones que se barajaron para una cena clandestina con The Jato Project, finalmente se decidió por la preciosa Casa Fernandini, una mansión señorial de estilo francés que rompe completamente con la arquitectura colonial y moderna de Lima. Esta casa es alquilada para rodaje de películas, eventos musicales y en este caso y por primera vez para un menú de degustación de 8 cursos elaborado especialmente para ese día donde fusionaríamos técnicas españolas y europeas con los productos y tradiciones que absorbimos a lo largo de nuestro viaje por la sierra el cual os contábamos en la ultima entrada del blog

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Así, algunos platos contaban historias como la del ceviche de erizo que nos preparo la señora Graciela en el mercado de la villa pesquera, o el plato de patatas en texturas en el que usamos diferentes tipos de papas andinas que nuestros amigos puertoriqueños Rafa y Angi de HighKitchen nos regalaron.

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